jueves, 25 de septiembre de 2008

24 de Setiembre.. todos con Maria de la Merced

ORACION Virgen y Señora nuestra de la Merced,a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo, nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén ORACION María, Merced de Dios, regalo de Cristo a los hombres. La Trinidad Santa te envió a Barcelona, mensajera de libertad y misericordia, para, por

medio de Pedro Nolasco, mostrarte corredentora, mediadora, Madre de todos, ternura de Dios para los pobres. Madre de la Merced, enséñanos a valorar nuestra fe cristiana, haznos capaces de amar con caridad mercedaria, conviértenos en portadores de paz. Que tus besos derritan la violencia que nos envuelve, hasta que recuperemos, en tu regazo materno, la ilusión de familia, transformado el mundo en un hogar. Bendice esta ciudad tuya, que te proclama patrona y princesa y gusta, enamorada, de llamarte madre.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Evangelio y Mediatcion del dia 8 de Setiembre Natividad de María Santísima

Evangelio: Mt 1, 1-16. 18-23 Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David. David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Meditación: El Evangelio de hoy nos narra cómo ante la maternidad de María, José no sabía cómo comportarse. Buscaba una salida a aquella situación tan difícil para él. Es en esas circunstancias cuando se le apareció en sueños un ángel del Señor y le reveló que lo concebido en María era obra del Espíritu Santo. Con esto, se le encomienda a José la tarea de hacer las veces de padre terreno del Mesías. Y José hizo lo que el ángel le mandó. Aceptó a María con el misterio de su maternidad. José demostró así una gran disponibilidad a los planes de Dios y a todo lo que Dios le pedía, se desprendió de sí mismo y acogió la misión que se le confiaba, con su responsabilidad y su peso.La fe de María se encontró con la fe de José. Efectivamente, María y José pueden ser llamados verdaderamente dichosos, porque respondieron generosamente a la Palabra de Dios. Ellos vivieron lo que la Sagrada Escritura llama la "obediencia de la fe", por la que el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Sí, merece la pena meditar sobre la vida de José, porque toda su vida fue una peregrinación en la fe, y porque se mantuvo siempre fiel a la llamada de Dios hasta el final. Él vivió en actitud permanente de servicio y amor a María y a Jesús.Por último, podemos considerar que los evangelios no nos transmiten muchas palabras de José, pero esto mismo nos indica que José vivía en un clima de silencio y oración, lo que le permitía entregarse a las cosas de Dios y a su misión. Reflexión apostólica: Pensemos con qué unión y caridad se vivía en la casa de Nazareth, entre Jesús, María y José. José manifestaría un gran amor a Jesús y viceversa. Vivirían entre todos sirviéndose unos a otros movidos por el amor a Dios Padre. Tratemos también nosotros de imitar a la Sagrada Familia, viviendo las virtudes que en esta meditación hemos contemplado. Propósito: Imitar la fe de san José.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Oracion a la Virgen Niña

"CONCEDERÉ TODAS LAS GRACIAS QUE ME PIDAN LAS PERSONAS QUE ME HONREN EN MI INFANCIA, PUES ES UNA DEVOCIÓN MUY OLVIDADA"
(la Virgen a Sor Magdalena de San José, Mexico-1840) ¡Oh! Santísima Virgen Niña, que viniendo al mundo consolaste la tierra que en Ti saludó la aurora de la Redención por los prodigios de gracia que derramaste entre nosotros, escucha piadosa mis súplicas. En las penas que me afligen y especialmente en la necesidad que en este momento me oprime, toda mi esperanza está en Ti, ¡oh dulce Virgencita! Muéstrame pues que el tesoro de gracias que dispensas es inagotable, porque ilimitado es tu poder sobre el Corazón paternal de Dios. Escucha ¡oh Virgen Niña! mi ardiente súplica y alabaré eternamente la bondad de tu Corazón. Rezar tres Avemarías y una Salve. También agrada muchísimo a la Virgen Niña el rezo del Santo Rosario.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Momento de Oración

Entra un momento en la presencia del Señor, y adórale Mirad cómo se humilla cada día, como cuando bajó del trono real al seno de la Virgen. Cada día baja del seno del Padre al altar en las manos del sacerdote. E igual que se manifestó a los apóstoles en carne verdadera, así también ahora se manifiesta a nosotros en el pan consagrado. (San Francisco)
Yo doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, para que, por los merecimientos de la gloriosa santa Virgen María su Madre, del santísimo padre nuestro Francisco y de todos los santos, el mismo Señor que nos ha concedido un buen comienzo, nos conceda también crecer en el bien y perseverar hasta el final. Amén. (Santa Clara)
Te adoramos, Santísimo Señor Jesucristo, aquí y en todas tus iglesias que hay en el mundo entero, y te bendecimos, pues por tu santa cruz haz redimido al mundo (San Francisco) Hablemos, pues, según nos concede el Espíritu Santo, y supliquémosle humildemente que nos infunda su gracia para realizar de nuevo el día de Pentecostés en la perfección de los cinco sentidos y en la observancia del decálogo. Pidámosle que nos llene de un poderoso espíritu de contrición y encienda en nosotros las lenguas de fuego por la profesión de la fe, para que, ardientes e iluminados en los esplendores de los santos, merezcamos ver a Dios Uno y Trino (San Antonio de Padua)
Cristo es el camino y la puerta. Cristo es la escalera y el vehículo. Es el propiciatorio colocado sobre el arca de Dios. Es "el misterio escondido desde siglos". Quien se dirige a este propiciatorio con entrega absoluta y pone su mirada en el Señor crucificado mediante la fe, la esperanza, la caridad, la devoción, la admiración, el gozo, el amor, la alabanza y el júbilo del corazón, realiza con él la Pascua, es decir, el paso... Mas, para que este paso sea perfecto, es necesario que, suspendiendo la actividad intelectual, todo el afecto del corazón se transforme y dirija totalmente a Dios (San Buenaventura)
Santa Virgen María, no ha nacido en el mundo, entre las mujeres, ninguna semejante a ti, hija y esclava del altísimo sumo Rey, y Padre celestial. Madre de nuestro Señor Jesucristo y Esposa del Espíritu Santo: ruega por nosotros, con san Miguel arcángel y con todas las virtudes del cielo y con todos los santos, ante tu santísimo Hijo amado, Señor y Maestro (San Francisco)