martes, 19 de enero de 2010

La Coronacion Canónica por Juan Pablo II

Solemne coronación canónica En el apretado itinerario de la primera visita de Juan Pablo II al Perú, el Santo Padre coronó el 2 de febrero de 1985 a la Virgen de Chapi y al Niño Jesús que sostiene en sus brazos. Para tal ocasión, la imagen fue transportada en un helicóptero desde el Santuario hasta la ciudad de Arequipa. Durante su corta estancia en la Ciudad Blanca, el Pontífice beatificó ese mismo día a Sor Ana de los Ángeles Monteagudo, virtuosísima flor del arequipeñísimo Monasterio de Santa Catalina. NOTA DE REDACCIÓN.-
El presente artículo fue publicado el día 26 de Enero del año de 1985, con motivo de la visita apostólica que su Santidad el Papa Juan Pablo II, a la ciudad de Arequipa y en mención y detalle a la ceremonia litúrgica en que coronó solemnemente a la Santísima Virgen de Chapi, Madre de todos los arequipeños y eterna protectora de la ciudad. “Arequipa y su Gente” quiere rendir un homenaje a la “Blanca Ciudad” en el mes de su fundación Española y a su Protectora, nuestra Madre de Chapi. Con una corona de plata, bañada en oro, adornada con 350 perlas, brillantes, rubíes y esmeraldas, símbolo regio, de líneas delicadas que conforman un sobrio y armonioso conjunto, Su Santidad, Juan Pablo II, coronará a la Santísima Virgen de Chapi, en solemne ceremonia que tendrá lugar después de la homilía en la Misa Pontifical. El R.P. Alberto Clavell, detalló, lo singular y significativo del trascendental acto, incorporado a la Liturgia Romana en el siglo XX. “En este rito la Iglesia reafirma que Santa María Virgen con razón es tenida e invocada como Reina, ya que es: Madre del Hijo de Dios y Rey Mesiánico y Colaboradora Augusta del Redentor” según el texto sagrado y litúrgico de la Iglesia CEREMONIAL DE CORONACIÓN La imagen de la Virgen de Chapi y el Niño Dios, estarán ubicadas delante del altar pontificio en el lado derecho (mirando hacia el mismo), después de la Hornilla el R.P. Clavell acompañado del diácono recogerán las coronas que estarán al lado de la imagen y se las acercaran al Papa. Su santidad pronunciará una oración “Acción de Gracia e Invocación” y rociará con agua bendita, las coronas. El séquito se dirige al sitial de la Virgen, allí monseñor Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio, Arzobispo de la Arquidiócesis, presentará las coronas a su Santidad. Acto seguido, el Santo padre se colocará frente a la Virgen y al Niño Dios, tomando en sus manos las joyas y procederá “Primero a coronar al Niño”, Hijo de Dios, y luego a la Santísima Virgen de Chapi, en este momento el pueblo aplaudirá, gozoso, el acto de la coronación, en este momento el coro de doscientas voces, conformado por niños y niñas, entonará el yaraví “Excelsa Virgen”. LA CORONA Es una joya, armónica, sobria, confeccionada en plata y bañada en oro claro, con dos kilos de peso, tiene la estructura de plata pura, fundida, cincelada y repujada. El sobredorado de oro, es claro por ser el metal más puro, sin añadido de cobre. El arco que ciñe la Virginal frente, está delineado por doble fila de perlas de pureza sin igual. Por encima se perfila una fila, de vuelta completa, de rubíes tallados en geométricas facetas. Los soportes de la esfera, que semejan el orbe, tiene en engastadas en puntas de oro, rubíes de mediano tamaño algunas alejandrinas y chispitas de brillantes. Destacan los racimos, de perlas, confeccionadas con aretes, donados por los fieles en tiempos pretéritos. Remata el conjunto: la esfera dorada y la hermosa Cruz de oro puro engastada en “gotas de aceite”, purísimas esmeraldas colombianas y salpicadas de algunos brillantes. La corona en su parte delantera y entre los soportes, ostenta el escudo del Papa Juan Pablo II, donde resalta el lema Papal: “Totus - Tuus” - “Todo Tuyo” en los colores heráldicos que le corresponden. El emblema estará a la derecha. El escudo del Santuario de Chapi, creado para la ocasión está ubicado en el lado izquierdo. En sus respectivos campos, se destaca la estrella Mariana, y el emblema de la Virgen Candelaria: dos palomas que simbolizan, la ofrenda presentada por Maria, en el Templo. Se alza por el medio, y de borde a mitad, un monte en rojo, que simboliza, los Andes, el Misti. Remata, por encima, la estrella Mariana. En la parte posterior, lucen los escudos del Perú y Arequipa, completando el áureo conjunto. Esta joya es digna de la Santísima Virgen de Chapi. Dos aretes de oro, “caravanas” antiguos, de la clásica media luna y perlas, adornarán el rostro virginal. FE Y TRABAJO Explica el padre Alberto Clavell: “Se ha logrado gracias a la fe manifestada en donaciones a la Virgen y a la dedicación y trabajo de un grupo de personas devotadas. El orfebre Carlos Quispe vecino arequipeño, ha demorado seis meses, en confeccionar la corona. Ha sido posible a donaciones de devotos que quieren permanecer en el anonimato y a que se ha utilizado algunas joyas donadas a la Virgen, con anterioridad. Interrogando al padre Clavell, nos explica que previamente se ha seguido una legalidad, ante el Vaticano, para que el acto de coronación pueda tener lugar. “La oportunidad de que sea el propio Papa Juan Pablo II quien corone a la Santísima Virgen de Chapi y al Niño, creo que es un presente que Dios hace a la fe del pueblo arequipeño”. Termina. ACCIÓN DE GRACIAS E INVOCACIÓN QUE PRONUNCIARÁ EL SANTO PADRE “Bendito eres, señor Dios del cielo y de la tierra que con tu misericordia y justicia dispersas a los soberbios y enalteces a los humildes; de este admirable designio de tu providencia nos has dejado un ejemplo sublime en el verbo encarnado y en su Virgen Madre: Tu hijo, que voluntariamente se rebajó hasta la muerte de Cruz, resplandece de gloria eterna y está sentado a Tu derecha como Rey de reyes y Señor de señores, y la Virgen que quiso llamarse Tu esclava, fue elegida Madre del Redentor y verdadera Madre de los que viven y ahora exaltada sobre los coros de los Ángeles, reina gloriosamente con su Hijo, intercediendo por todos los hombres como Abogada de la gracia y Reina de misericordia. Mira, Señor, benignamente a estos tus siervos que, al ceñir con una corona visible la imagen de Cristo y de su Madre, bajo la advocación de la Santísima Virgen de Chapi; reconocen en tu Hijo al Rey del universo e invocan como Reina a la Virgen Maria. Haz que, siguiendo su ejemplo, te consagren su vida, y cumpliendo la ley del amor, se sirvan mutuamente con diligencia; que se nieguen así mismos y con entrega generosa ganen para Ti a sus hermanos; que, buscando la humildad en la tierra, sean un día elevados a las alturas del Cielo, donde Tu mismo pones sobre la cabeza de tus fieles la corona de la vida”.

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