lunes, 14 de diciembre de 2009

Novena de Navidad -- 1er dia

Consideración para el primer día 16 de diciembre "Trabajar por la justicia social, un compromiso de todos" Comenzamos hoy la novena de preparación a la gran solemnidad del nacimiento de: nuestro Salvador. Queremos hacerlo con la mejor disposición y, más que pedir favores para nosotros, deseamos crecer en la amistad con Jesús y hacernos cada vez más dignos del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, por el cual Dios se ha hecho tan cercano y solidario con nosotros. Por eso, además de contemplar cada día el pesebre, vamos a meditar juntos el evangelio del día. Del Evangelio según san Lucas (7, 24-30) 24 Cuando los mensajeros de Juan se alejaron, se puso a hablar de Juan a la gente: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? 25 ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten magníficamente y viven con molicie están en los palacios. 26 Entonces, ¿qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. 27 Este es de quien está escrito: He aquí que envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. 28 "Os digo: Entre los nacidos de mujer no hay ninguno mayor que Juan; sin embargo el más pequeño en el Reino de Dios es mayor que él. 29 Todo el pueblo que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, haciéndose bautizar con el bautismo de Juan. 30 Pero los fariseos y los legistas, al no aceptar el bautismo de él, frustraron el plan de Dios sobre ellos. Reflexión En la Iglesia vivimos aún el tiempo del Adviento, que es un tiempo de espera gozosa y de conversión. Estos días, que este año van del 28 de noviembre hasta el 24 de diciembre, nos invitan reflexionar sobre el sentido de la Encarnación del Hijo de Dios en favor de toda la humanidad y, para ello, destacan el papel de quienes rodearon el misterio del nacimiento del Hijo eterno del Padre en nuestra carne mortal. Son días para pensar que así como Él vino una vez para compartir nuestra historia, vendrá de nuevo al final de los tiempos, en el momento menos esperado, para entregar la obra de la redención de toda la humanidad al Padre Dios. Por eso, en estos días debemos trabajar más por nuestra conversión, para que Dios vea que de verdad nos hacemos discípulos, es decir, seguidores de su Hijo. Hoy comienza nuestra novena con la presentación de Juan el Bautista, pariente del Señor. El mismo Jesús nos lo presenta como un hombre que hizo una opción libre por un estilo de vida austera y moderada. Se trata del Precursor del Señor, quien con su testimonio quiso preparar los caminos al Hijo de Dios encarnado. Su misión es tan importante, que nuestro Señor lo llama "el más grande entre los hombres". En Juan el Bautista, nosotros encontramos un paradigma digno de seguir, ya que no puso su confianza en lo terreno, sino que confió solamente de Dios. Vemos a un hombre que exigió a cada uno, según su profesión, que viviera de manera digna ante Dios, que ama a toda la humanidad sin distinciones. De hecho, Juan exhortó a todos los hombres de cualquier raza y condición social a que se comprometieran con el desarrollo de un mundo más justo y humano, donde se pongan a disposición de los demás todos los bienes y donde la Paz que el Mesías quería dar a la humanidad necesitara de una sincera conversión de los corazones hacia la justicia verdadera. También hoy, tenemos que preparar caminos al Señor. La Navidad se nos puede convertir en todo menos en la fiesta de Jesús, cuando celebramos sin pensar en compartir con los más necesitados. Y Jesús no va a morar en los corazones que se encuentren indiferentes al sufrimiento de los más pobres. No es justo que unos derrochen mientras otros pasan hambre. De nosotros depende también que haya relaciones de verdadera justicia en nuestra patria. La paz que tanto queremos es posible, si logramos que haya una verdadera justicia social. ¿Cómo me voy a preparar y qué puedo hacer para acoger a Jesús en mi corazón en la Navidad, sabiendo que Él quiere que yo dé felicidad abundante a quien no la tiene? Compromiso personal y comunitario Esta noche tendré un diálogo intenso con Jesús para presentarle mis buenos propósitos de amarlo y de acogerlo como mi mejor amigo, mi Dios y Salvador, buscando la amistad de las personas que a Él más le preocupan, es decir, los más pobres, mujeres y hombres que están solos, marginados, que tienen dificultades. De la misma manera, si no lo he hecho y lo necesito para comulgar, desde hoy voy a preparar mi confesión.

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