jueves, 24 de diciembre de 2009

Novena de Navidad -- 9no dia

Consideración para el día noveno 24 de diciembre "La Justicia y la Paz se han abrazado" Mañana se celebra y comienza la Navidad, un tiempo propicio para recordar las maravillas que Dios ha hecho y sigue haciendo en la historia; estamos comprendiendo que la verdadera alegría es la de una vida conforme a las enseñanzas de Cristo y nos hemos llenado de esperanzas de poder alcanzar la paz como fruto de la justicia. El Evangelio del 24 de diciembre nos ayuda a entrar en la alabanza. Hoy nos vamos a unir a la lectura evangélica repitiendo con un estribillo: BENDITO SEAS, DIOS PADRE, QUE NOS HAS DADO A TU HIJO COMO SALVADOR Y REDENTOR. Del Evangelio según San Lucas (1,68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David su siervo, tal como lo anunció por boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos. BENDITO SEAS, DIOS PADRE, QUE... Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian, para mostrar misericordia a nuestros padres, y para recordar su santa alianza y el juramento que hizo a nuestro padre Abraham. BENDITO SEAS, DIOS PADRE, QUE... Para concedernos que, libres de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días. BENDITO SEAS, DIOS PADRE, QUE... Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación por el perdón de los pecados. BENDITO SEAS, DIOS PADRE, QUE... Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el Sol que nace de lo alto, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. BENDITO SEAS, DIOS PADRE, QUE... Celebrando ya, prácticamente, la fiesta de la Navidad, nos alegramos con este cántico de alabanza de Zacarías y, al hacer nuestras sus palabras, reconocemos el poder admirable de la venida del Salvador. Porque todos los enemigos que nos oprimían y la mano tenebrosa de todos los que nos odian, han sido ahuyentados y van de retirada como se retiran las tinieblas al amanecer, cuando comienza a resplandecer el Sol que nace de lo alto. Queremos ser fieles y constantes en el seguimiento del Salvador y queremos acogerlo en nuestra vida personal y social. Los temibles enemigos de la injusticia y la violencia caerán cuando nuestros corazones estén verdaderamente evangelizados, conscientes de su compromiso cristiano en el mundo, libres y liberadores porque saben que Uno mayor que todos ya rompió las cadenas que nos oprimían. Como dice el salmo 85 en el versículo 10: "La misericordia y la verdad se encuentran, la justicia y la paz se besan." Y todo es posible gracias al cumplimiento de la promesa porque como lo anunciaba Isaías 9,6: "Un niño nos ha nacido, un Hijo se nos ha dado... que se llamará Consejero Admirable, Dios Poderoso, Padre Sempiterno, Príncipe de la Paz." Meditemos asiduamente cómo hacemos cada vez más fieles a las enseñanzas y a los mandatos de Jesús, con una religión pura y sincera que estimule la caridad al ejemplo del mismo Señor. Reflexionemos sobre la manera como vamos a hacer que esta Navidad dé el fruto que debe dar en nuestra vida. Para que Jesús realmente reine en nuestra patria se requiere que establezcamos nuevas relaciones basadas en la justicia y en la solidaridad en la cordialidad sincera y en la disponibilidad a todo lo que construya la armonía entre todos. El Rey de la Paz quiere la reconciliación de todos y ofrece su Evangelio y su Gracia para que ella sea una realidad. (Momento de silencio) Compromiso personal y comunitario Viviré esta noche santa en paz y armonía con todos los que están a mi lado, sin exigir nada para mí y tratando de dar alegría a los que me rodean. De ahora en adelante: - Saldré al encuentro de los más pobres, de los marginados, de los excluidos para reconocer en ellos el rostro de Dios y revestirlos de su dignidad. - En todos los ambientes donde viva, estudie, trabaje o me recree, promoveré actitudes de equidad, solidaridad y justicia social. Si las circunstancias me lo permiten, voy a comulgar para experimentar de la manera más intensa mi amistad con Jesús.

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